lunes, 9 de noviembre de 2015

Quan parlo d'allò bell.

Sóc una bella al·lusió a la seducció que es troba en desacord amb el vel de l'aparença; entre llenços i veladures em vaig amagar sota el traç d'una ma condemnada a la melancolia. I aquella ma maleïda, que temia deixar-se anar per distracció, es va perdre a si mateixa. Llavors, per redimir-se m'envoltà de tres-cents pinzellades d'aigua cristal·lina, i quan va poder desfer la tela, l'únic que va quedar fou el seu reflex. 

Si em dónes un somni hermètic poster m'hi quedi per sempre, perquè no tinc més remei que sortir i presentar-me de les formes més inversemblants, i tants han sigut fins ara els medis pels quals m'han anomenat, que si esculls un adjectiu a l'atzar, et diran que al meu costat és inapel·lable. 

Fujo de la temporalitat, em determina, i jo sóc indeterminable. Com un verí curatiu que tot ho abasta, a la vegada inexorable. Si alço el vol, em transformo en tot allò que et pot delectar. 

Sóc una veu que s'autodesplega i no s'apaga, 
com Alícia caiguent pel cau de la llebre que mai no arriba, 
i de tant en tant dolça, i d'altres geminada. 

lunes, 22 de junio de 2015

Las musas también mueren

Fue un error constante intentar descubrirte en un espectro de fatalidades vacuas y desesperanzadas, equívoco al fin y al cabo, y tú, tan esquivo, no me informaste de mi desacierto, qué descaro, seguiste jugando a ser verbo imperativo. Vacilé en algún momento, de un instante a otro (aun me pregunto cuándo), y ahora caigo en espiral hacia un abanico de preguntas y posibilidades, ni mucho menos turbias, más extrañas y curiosas que sucias, como en una nebulosa, puro nervio, contingencia.  

Nadie me dijo que las musas también mueren, y la muerte de una musa debería considerarse asesinato, pues aun siendo éstas inmunes al paso del tiempo, perecen sin remedio tras la desidia de su propietario.   


Es extraordinario el arte de matar desdibujando, hasta convertirme en una hoja en blanco. Me aterran las hojas en blanco.

martes, 10 de febrero de 2015

Craso error

No creo que esto sea de recibo, en la cubierta ponía que estaba promocionado, me lo llevé de prestado, sigo pensando que resiste en exclusivo para un grupo acotado. Vaya desgraciados. Pero lo cogí de un impulso y temí frenar cuando sentenciaste tal descaro, así que salí corriendo, zancadas hostiles, para no llegar demasiado lejos.
Todo lo que llevaba en las manos me había caído por el camino.
Ahora ya no hay camino, ni rastro, porque si algo tenía a mi alcance, no existe fuera de sitio.

Y así rompí en novecientos pedazos entera eternidad de esfuerzo,
por querer sostener entre brazos un equilibrio fingido.

Me llamarán cínica si sigo pidiéndote entre ruinas, que obviando el esfuerzo en vano de mis intenciones:
"en las mañanas despiertes regalándome la tranquilidad de tus días, la efusividad de mis noches".

miércoles, 14 de enero de 2015

Algo tierno

A través del tragaluz veo un fulgor que se repite con insistencia, no consigue levantarme. Sigue insistiendo con leves toques de atención, empiezo a pensar que finge ternura, pero no me convence, el destello es lo suficientemente fuerte como para aturdirme toda una eternidad. Recuerdo que es la primera vez en harto tiempo que consigo ser consciente de mi misma. Quizá por costumbre, como un condena que de tan terca se vuelve imperceptible, así la condena se convierte en mi y yo me convierto en ella, así ella toma vida pero de pronto desaparecemos. Empiezo a pensar en qué vida se introdujo, quizás fue en la siguiente, quizás por eso tarde tanto en llamarla.

El día se apaga dejando el rastro de una huella imborrable, y me encuentro la piel marcada, el destello escarifica, un aviso, me doy cuenta; cerremos fuerte los ojos y despertemos silenciosamente, fuera están callados, con el temor de verse reducidos a un mero materialismo físico.

Me levanto al décimo toque de campana, o al decimoprimero, ya no recuerdo el sonido de las horas y puede que ni siquiera amanezca, pero hoy es viernes y hay luna llena, si se aparta el Sol tal vez sí amanece, hoy veré pasar el tiempo, despidiéndose, hasta el próximo sueño.

Dichosos seres que no comprenden el principio de equilibrio y aun así convergen, infinitamente. 
El destino, por fortuna.