jueves, 9 de febrero de 2012

Y mi teoría es:




Me defino como una persona vaga a tiempo completo, pero es una vagueza innata y por lo tanto una vagueza perdonable.
Así es cómo justificamos la mayoría de nuestros errores, si algo es innato, algo que a simple vista o a simple esfuerzo no se puede cambiar entonces es totalmente justificable.

Qué fácil es vivir a expensas de los demás, aprovechando la inmunidad de una personalidad consolidada y esperando la compasión del vecino. -Oh pobre mendigo, pobre incomprendido, no sabe controlar sus impulsos y vive esperando a que se rompa el cinturón que lo reprime-

Porque estamos hechos de represión. Una represión amarga. ¿O acaso os creéis que vuestros actos no tienen explicación? Los míos la tienen ¿Esperabais un no? Mientras sigan los tabúes y las frases malsonantes, algunas descripciones desacertadas y otras no tan próximas a este interior que sigue oculto e intenta romper el cascarón.
La represión acaba manifestándose en aquello que más odiamos. Odio, odio, odio... Odio hacia lo que nos estamos convirtiendo, autocastigo que lo incrementa, círculo vicioso, un nunca acabar. Disfrute de la tortura.
Por más que intentamos salir del huevo más capas nos lo impiden, os dolería saber quiénes son los que realmente las han ido engrosando. Vosotros. Nosotros. Yo.


Dear Mr Unknown ¿For how long?
Sabes tan o mejor que yo que anhelo tu llegada, esa que marca el fin de los días. Días de pobreza y vestidos cortos de puro descontrol.
Vuelvo a la realidad y entiendo la jugada, 50 años de guerra, aun nos falta vida y tiempo para poder caer. Sumérgete en mi mirada, soltaré las riendas que me atan a esta farsa.

Dímelo susurrando, dime cuánto tiempo ha pasado desde que nos desconocimos.

Y mi teoría es que cuanto mayor es la coraza más roto está su interior.