lunes, 15 de octubre de 2012

Regresión a un pretérito incierto.

La gravedad se apodera del ambiente festivo, un hilo desatado ha ido entrando en el interior de la situación descontrolada, sabía que algún día tenía que ocurrir pero ¿Cuándo? Nunca se está preparado para retornar al abismo.

Cicatrices mal curadas con un "¡Eh! ¡Tócame!".

Vuelvo a ser una marioneta desgastada que intentó librarse de la ardiente tortura, pero como Pinoccio con un final triste dejé de ser una niña de verdad, dejé de ser una niña de madera que podía hablar, ahora hablan por mi, ahora me controlan, ahora grito en mi fuero interno pidiendo que me dejen salir.

Sensación creciente de locura inminente, reprimiendo y juzgando cada movimiento.

Purgando todos mis pecados, olvidando cada pensamiento, memoria de pez, fuerza de gigante, como vuelvas a intentar controlarme te sacaré de aquí, de echaré a patadas y no te dejaré seguir. Seguir el presente ausente, el futuro imposible, largas expectativas de una vida que nunca fue cierta. Lo superado... Pasado.

El mismo fuego que me quema vuelve a poner en marcha el corazón. Aquello que me destruye ayuda a levantarme cada mañana.
La oscuridad me deslumbra, 
el silencio me saca a bailar;
que si me ahogo no necesito respirar,
no soy mártir más que en mis pesadillas;
lo que duele aviva y despierta la imaginación,
cojo un cuchillo y corto el temor. 

Para el que me entienda, para la que quiera comprender, no es más que un juego que un día aprendí a romper.