miércoles, 18 de julio de 2012

Mi primera vez a las 7 de la mañana.

No descubro nada nuevo al decir que la primera vez es algo que nos marca a todos, un cambio en nuestro interior que va a dar un giro a ese rumbo que teníamos marcado y que, intencionadamente o no, ahora hemos de asumir como un nuevo comienzo puesto que por mucho que insistamos en negarlo, ya somos uno más dentro de ese saco de iniciados en el hábito.
En mi caso fue algo intencionado, estaba totalmente decidida a hacerlo y cuán ilusa fui al pensar que madrugando y empezando la actividad a las 7 de la mañana me ahorraría ese sudor molesto y pegajoso que convierte al más experto en una especie de individuo casi irreconocible con la cara que empieza una extraña transformación en tomate. Pero claro, a mi eso no me lo habían contado, creía que era como en las películas, rubias despampanantes con la melena al viento, rostro radiante y culo prieto ¿A quién no le tienta tal imagen? Así que intuyendo que lo de la melena al viento era demasiado pedir, que el rostro radiante por la mañana no lo encuentro y que el culo prieto ya se iría formando con la práctica, me calcé las zapatillas de deporte llenas de polvo y telarañas y me fui a correr. 

A los pobres imbéciles que como yo os queráis iniciar en el arte del andar un poquito más rápido de lo normal a estas horas intempestivas os quiero avisar de unos cuantos detalles que, no sé por qué, los deportistas más experimentados suelen omitir supongo que por el simple hecho de que nadie empezaría tal tortura:

- PUNTO 1: Ma(l)drugar 

Nunca me ha gustado madrugar, me duele en lo más profundo de mi ser pero mi creciente insomnio que cada vez va a peor ha sido uno de los detonantes para coger el móvil y poner el despertador a horas que no deberían ser legales. 
Bien, es importante tener algún Post-it cerca la noche anterior, porque os aseguro que el dolor que provoca el sonido de la alarma borra del consciente y subconsciente cualquier ápice de memoria y lo único que se pasa por la cabeza es intentar recordar qué pedal llevarías la noche anterior que provocase que los dedos se fuesen solos a coger la Black Berry y gastasen una broma bastante pesada. Así que os lo apuntáis y nos ahorramos pensar, ese gran desconocido.  

Cuando consigáis quitaros las legañas que tenéis por ojos ya podemos pasar al siguiente punto (También podéis volver a dormir, que lo veo más saludable).

-PUNTO 2: Salir de casa, el rollo de siempre

Tras conseguir entrar en un culot que usaba cuando jugaba al Volleyball (En qué momento se me ocurriría pensar que mi culo cabría en unos pantaloncitos que me ponía cuando tenía 14 años) tuve que bajar las escaleras y llegar hasta la calle. Ya me faltaba el aliento. No sé si pensar si eso fue un aliciente o un "me voy para la cama que lo sigo viendo más saludable", pero por lo menos me plantee el tema de las motivaciones. Si como yo salís para despejar cuerpo y mente, intentar poneros sanos sanotes, volver a sentir eso de el deporte es como una droga (Me replanteo la existencia de tal droga) y/o poner remedio al insomnio que en nada será crónico, lo dejaéis pasado mañana vais por buen camino. Si lo que queréis es bajar lorzas levanta tu culo de la silla y deja el donuts os recomiendo buscar otra motivación más. 

-PUNTO 3: "Correr"

Llega el momento tan esperado y deseado, el por qué de estar haciendo el pena porque te recuerdo, TIENES MENOS FONDO QUE EL ORDENADOR DE UN CIEGO Y MENOS FORMA QUE FALETE, "Pero bueno" piensas "Por lo menos hay aire fresco y ni un transeúnte a la vista" ¡LOS COJONES! Que vives al lado de una granja, maja, y por lo visto el resto de la humanidad también madruga, pero para cosas más lógicas como trabajar. Así que te pasas 45 minutos jadeando y rezando por no encontrarte con ningún conocido y aparecer como Trending Topic al entrar al Twitter. 

Pero eh, después de un buen rato intentando buscar una canción decente (Nota menta: Hacer lista de reproducción para ir a correr) en la que se te cae el móvil un par de veces, torcerte el pie otro par de veces y quedarte sin aliento al huir cual chorizo tras ver que se acerca la "pulisia" (Sólo que esta vez la pulisia resulta ser un perro y el perro resulta ser una bolsa. Pero lo del chorizo, teniendo en cuenta que iba embutida en el culot, tiene un pase), al final coges el ritmo y el compás y consigues llegar sano vivo de vuelta a casa.

-El PUNTO 4 lo dejo a libre elección, podéis ir casa por casa a despertar a los pobres mortales que aun duerme porque te sientes preparado y entrenado para matar con sólo un soplido (Cuando en el estado en el que te encuentras es al contrario, cualquiera podría matarte con un soplido), presentaros al Casting de Martini y esperar a que os cojan jurando y perjurando que habéis sobrevivido a esta heroicidad... Yo decidí pegarme una ducha fría y meterme en la cama para levantarme como hago todos los días a las 2, eso sí que es sano. 

Cabe decir que estar de vacaciones y cansarse por gusto es un plus de locura.

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