domingo, 24 de octubre de 2010

Fortuna mutabile.



Tarde o noche fría de Octubre, Noviembre, Diciembre... Un año. Justo. Día, hora, sentimientos y sensaciones, cosas que no quieres saber, palabras que no quieres oír.
Pero las lágrimas siguen derramándose, un toque del destino que no ha sabido elegir al azar, por eso mismo, porque es azar, porque es suerte, porque es independiente al sino.

Coge aire, respira hondo... Y toma una de las decisiones más difíciles. Tira el dado, lo vuelve a tirar... Y cuantas más veces se precipita hacia esa superficie fría, hacia ese mármol que muchos entienden como vida, como sentir, como saber, o como pensar... Como el ser humano, menos cálido y calculador cuando suma el tiempo directamente proporcional a las veces que haya salido el número, ese número. Para unos el 2, para otros el 6 o el resto infinito, así es indefinible, así no duele la espera.

Que más dará, ese dado no es estático y ese número no se mantiene. Te ha gustado el resultado y estas ganando la partida... pero quién sabe si en la última tirada te juega una mala pasada, se hunde la marca en tu piel... y pierdes, se acaba. Y la marca... puntos, puntos del 1 al 6 quedará grabada aunque la partida haya acabado.


Y aunque así sea, que duela, a veces es bonito pararse en mitad del sueño y detener la acción del momento, quedarse en blanco y de color a la misma vez... Y SONREÍR. Sonreír mucho y no saber por qué. Decir: ¡Hola!, a todas esas caras irreconocibles a tu paso, pero están en el día el día. Es tu sueño y lo mejor de todo es que las instrucciones son verdaderamente fáciles... Volver a sonreír otra vez.

FORTUNA MUTABILE. La suerte cambia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario