miércoles, 8 de septiembre de 2010

Desde el tiempo me perdí.

Puede que a nadie le importe el tiempo en le que sucedió, pero la ignorancia de algunos les va a ocultar de las maravillas que podrían descubrir en el tiempo de la nada y el tiempo del todo.
El día en el que todo su mundo se derrumbó de golpe y se levantó en silencio sobre los cimientos de cristal más caros del reino.



Llego tarde ¡llego tardísimo! Pero tenía que elegir, rosa-verde-o-azul... o no, ninguno de los tres, blanco ¡sí! Ese color que resalta bajo mi pelo oscurecido y mis ojos almendrados.
Acaba el verano y empieza el otoño, se avecina... ya lo oigo, aquí es donde quedamos la última vez que sentimos nuestros suspiros ¿Pero se acordará de mi? Que más da, le deseo, quiero volver a ver su rostro y rozar su piel cual mariposa que vuela sobre las flores recién nacidas.

¿Qué es lo que más me gustaba? Sí, estoy segura que era su sonrisa... o esa manera de mirarme tal vez... ¡no! Era su voz, eso, eso es lo que me llamó la atención aquel atardecer bajo la arboleda del fondo girando a la derecha, no fue ni un hola, ni un adiós... fue el principio de una conversación que aun no ha terminado y que sin quererlo llegó al centro de un corazón perdido.

Quedan... ¿1O minutos? Sigo andando, sigo pensando... es la ilusión, los nervios y la alegría de un reencuentro distinto, ambos especiales en medio de una tierra tan común como sentarse un domingo en dos sillones, sin palomitas y nadie con quien compartirlas.
Me dicen que no me arriesgue pero así no hay manera de ganar, la confianza lo era todo, esa fue nuestra promesa y ese es el último recuerdo.

TIEMPO A: Aun no se sabe si del sueño despertó, una ligera brisa la tiró al suelo, o si mientras intentaba sonreír con unos labios naturalmente ablandados... a nadie encontró.
Puede que ella se equivocara de día, de sitio, de lugar, de tiempo o de historia. Sí... fue eso, ella se ha equivocado de persona, ha elegido mal y debería haberse quedado continuando el final.
Solo pensaba que le gustaba su forma de mentir...

TIEMPO B: Arriesgó pese a tener miedo, más miedo que nunca, había dejado largas páginas atrás, pero ahora es cuando ha decidió romperlas y empezar de nuevo, con una nueva escritura, con un nuevo tiempo y un nuevo lugar... ganó, y acertó con el otro nombre.


Pero no era una princesa ni una plebeya la que empezó a contar el cuento, fui simplemente yo.

4 comentarios:

  1. La vida es muy corta como para no arriesgar, porque si no lo haces te puedes perder demasiadas cosas.
    Un beso =)

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  2. Hola

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  3. Siempre hay qe arriesgar!
    Qe gran textoos :)

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  4. Bonito blog y me encantan tus textos :)
    Espero que te pase por el mio ;)

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